Compartimos con ustedes una nota periodística de Tamara Smerling publicada en la sección "Sociedad" del diario Crítica de Buenos Aires sobre el inicio de la Diplomatura en Comunicación Comunitaria del Centro de Comunicación La Crujía.
Viernes 12 de Junio de 2009
Arrancó una Diplomatura en Comunicación Comunitaria
Aprender periodismo pensando en el prójimo
Hace hincapié en los proyectos alternativos, como comunicación institucional o diarios barriales. Una opción distinta a los medios masivos. Por Tamara Smerling.
Un programa en una radio comunitaria, los usos alternativos que tiene la red, un taller de técnicas teatrales para la integración y la resolución de conflictos, el mejor modo para la gestión y la financiación de un proyecto comunitario, la manera de poner en marcha un periódico barrial o la producción de materiales audiovisuales para la comunicación institucional son algunos de los ejes que podrán estudiar los futuros graduados. Eso es porque el Centro de Comunicación de La Crujía puso en marcha ayer la primera diplomatura en Comunicación Comunitaria del país. Hasta ahora, sólo una de las orientaciones de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) o la Cátedra de Comunicación Autónoma de La Vaca eran algunas de las puntas que podían rastrear los estudiantes de periodismo que quisieran pensar alternativas fuera de la comunicación masiva y tradicional. El proyecto de La Crujía busca otros horizontes.
Eliana Díaz Roig tiene 29 años y vive en un barrio muy humilde, el Pujol, en Corrientes. Se inscribió en la carrera porque su paso por la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Nordeste le dejó un gusto amargo en ese sentido y su trabajo en la comunidad es muy intenso: “En la carrera no damos nada sobre comunicación comunitaria y quiero formarme en ese sentido porque hace un par de años que trabajo en actividades culturales y sociales en mi barrio y ahora me desempeño en la Red Vecinal Zona Norte, donde la idea es crear un periódico. Eso es porque se trata de un lugar con muchos problemas, que está oculto en los medios tradicionales y queremos hacer visibles todas las cosas y los problemas que pasan acá. Hay que capacitarse y pensar en otras experiencias de intervención comunitaria para pensar entonces una buena manera de hacer un periódico, para saber cómo se da el proceso con todos los actores y el producto final como herramienta de participación y de lectura”.
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